Isolda Dosamantes, Premio Praxis de Poesía 2011


“Un día me descubrí escribiendo, otro día me descubrí haciéndolo de manera más seria, y desde entonces no he podido dejar de hacerlo”, declaró Isolda Dosamantes a Revista MilMesetas sobre los motivos de su trabajo, trabajo que dio paso al volumen Apuntes de viaje, recientemente galardonado con el IV Premio de Poesía Editorial Praxis 2011.


La entrega del galardón se llevó a cabo la noche de ayer martes último día de noviembre en la sala Adamo Boari del Palacio de Bellas Artes. El acto estuvo presidido por el editor líder del sello, Carlos López, la poeta María Cruz y la académica Estela Asse.

Esta última, como miembro del jurado dictaminador del premio, en la cual participaron también los poetas Carlos Barbarito y Arturo Castro (ambos ganadores del Premio, en sus ediciones segunda y tercera, respectivamente), dio lectura a el Acta del resultado, en la cual se destacan, de entre los 84 manuscritos recibidos, los dotes estilísticos de la autora tlaxcalteca.

“En el trabajo ganador, –ilustra el Acta– el manejo del lenguaje y el ritmo es cuidadoso y preciso, la combinación de palabras, producto de un arduo trabajo, logra imágenes contundentes, claras y frescas. En él domina su tono sencillo articulado siempre en un punto de vista que da distintos significados a los objetos, a los lugares o a las acciones y que comunica esa experiencia de manera lúcida. (…) Se percibe una combinación de ritmos, coincidentes con los cambios de escenarios y la realidad circundante que a veces se aletargan en metáforas que guardan implicaciones eróticas; otras, en momentos explosivos que transcriben fielmente la emoción de una situación interior que se exterioriza mediante una visión iluminadora.”

El Premio Praxis de Poesía, como se le conoce comúnmente, no está dotado de un premio en efectivo, y es por ello que no existe ninguna clase de discrecionalidad en su entrega, ni favoritismos, aseguró Carlos López, fundador del sello editor el cual se encuentra de gala por haber cumplido en octubre pasado, 30 años de existencia.

El Premio Praxis de Poesía, está dotado “sólo con arte, porque el arte se premia con arte”, remató López. Así, en vez de dinero en efectivo, el premio del sello Praxis es una obra de arte, un óleo de algún artista contemporáneo que este dona para tal propósito. Asimismo, se le entrega al autor ganador un paquete con todos los libros aún disponibles del catálogo de la editorial, catálogo que a la fecha se compone por algo más de setecientos volúmenes.

Para la presente edición del laurel, el artista plástico Aarón Cruz donó uno de sus cuadros, es por ello que la poeta María Cruz, asistió al acto en representación de su padre quien no pudo estar presente para hacer entrega del mismo.

Dosamantes, poeta

Isolda Dosamantes (Tlaxcala, 1969) es licenciada en Ciencias Políticas y Administración Pública por la Universidad Autónoma de Tlaxcala. Tiene la Especialización en Literatura Mexicana por la Universidad Autónoma Metropolitana y el Diplomado en Creación Literaria de la Sociedad General de Escritores de México (SOGEM). Fue becaria de la Fundación Alberti, del Consejo Estatal para la Cultura y las Artes del Estado de Tlaxcala y del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes en su programa de Apoyo a Proyectos y Coinversiones.

Ha colaborado en diversas revistas culturales como Tierra Adentro, Pasto Verde, Oráculo, Deriva y Molino de letras; en las antologías Sueños que a plena luz evaporan los soles (1993), Nos queremos casar de rojo (2001), Para tu exclusivo placer (2003), Eco de Voces. Generación poética de los sesenta (2004) y Melíferas Bocas (2004). Ha sido profesora de las preparatorias de la Ciudad de México, del Centro de Enseñanza para Extranjeros de la UNAM, de la Universidad de Estudios Extranjeros de Pekín y de Universidad de Xiangtan, en China. Entre sus poemarios pueden mencionarse los volúmenes Utopías de Olvido (1997) y Altura Lustral (2001).

30 años de Praxis, 30 años de supervivencia

“¿Por qué he llegado a los 30 años?”, pregunta para sí Carlos López, fundador del sello editorial independiente, “para esa pregunta hay sólo una respuesta: por milagro”, admite el editor quien hace más de tres décadas cruzó la frontera de su natal Guatemala, maravillado por las oportunidades de la oferta cultural en México.

“Desde que llegué a México todo ha sido sorpresivo, milagroso, mágico, yo no vine a poner una editorial. (…) Apenas y pude pagar la renta de las oficinas del mes pasado, la que se vence hoy último día de noviembre. A veces no puedo pagar (a la plantilla, los trabajadores de la editorial), son como hermanos, y sin ellos no podríamos trabajar”, aseguró López, quien se siente orgulloso de nunca haber dependido, salvo para el préstamo de un lugar digno para celebrar sus presentaciones editoriales, de ningún apoyo estatal: “no conozco el nombre de las becas que otorgan, no sé ni a dónde ir a pedirlas”, remató.

RMM/IM

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