Apuntes de viaje
o
arenaqueviajaentrelas sombras
Refugio Pereida
Como
la flor del cerezo, los nómadas son seres que se desprenden de la rama para
mover la existencia. Isolda Dosamantes, una gran amiga que
ha caído de su rama y que en ese tránsito, a través de su mirada de poeta, nos
entrega en este tiempo difícil un poemario verdaderamente interesante, que
rebasa los hechos diarios y nos hace
partícipes de un viaje profundo sobre el movimiento humano.
Constantemente
vemos en las noticias los infortunios a los que se enfrenta quien por diversos
motivos se desprende de su tierra. Vemos que el hambre, la violencia y la
pobreza son algunas de las causas por las que día a día millones de personas hacen
polvo la suela de sus zapatos. Nos enteramos que en el afán de un cambio para
mejorar nuestras condiciones se puede caer en minas explosivas y sangrientas.
¿Quién no tiene un familiar que se ha ido de nuestro lado para seguir el latido
de su corazón que le dice en otro lugar la vida puede ser de otra manera?
Pero
por fortuna, para Isolda y para las personas que le queremos, ella ha tenido la
gran oportunidad de irse lejos para cumplir un sino trazado por su entusiasmo y
hambre de conocimiento.
La
conozco desde hace aproximadamente 20 años, aunque no debería decir esto porque
van a sacar cuentas y sabrán nuestra verdad. Pero corro el riesgo y digo que
hace mucho tiempo el azar nos hizo coincidir e iniciar una amistad basada en el
afecto; pero sobre todo es una amistad nacida por la poesía. En este momento, más
que hablar como su amiga, quiero hablarles como una lectora de su obra, en
específico de este libro que resultó ganador del Premio de Poesía Editorial Praxis 2011. Quiero hablarles de “Apuntes
de viaje”.
Al
principio mencioné a la flor del cerezo porque en esta obra hay diversas
referencias a esta maravilla de la naturaleza. En los versos de la autora esta
delicada flor es nombrada para plantear los procesos vitales del ser humano
cuando toma distancia de su propia tierra.
Es
así que comienza un libro que tiene cinco momentos poéticos donde el hilo
conductor es el andar constante. En “lago oeste” la autora sitúa al lector en
el regreso que da la oportunidad de hacer una revisión sobre los actos propios.
Se encuentra dibujada en una serie de imágenesla fascinación por estar de nuevo
en casa. Y a la vez es también la posibilidad de ver que después de todo el
transitar se es sombra de lasombra, pero eso no detiene las esperanzas aún a
sabiendas que como la flor del cerezo somos constantemente efímeros y que por
ellos tenemos permanencia.
En el
segundo aliento titulado “Lunas de octubre” la poeta como aquellos ancestros
inquietos e imaginativos de nuestra comunidad, nos hace una descripción de la
vida cotidiana en lares de China, pues actos que pueden ser tan simples, pero
que al llevarlos a cabo se realiza el ejercicio de existir. Esos hechos llegan a ser rituales que ─de manera diferente a
los que vivimos los occidentales─ dan sabrosura al conocerlos, dice:
“…
nadie tiene religión y todos creen en algo,
por eso van a los templos de la montaña
yprometen logros:
en cada pulserita va un deseo, un sueño por cumplir,
una promesa propia y con sentido”.
El pensamiento oriental nos cuenta
que la rama sostiene en la flor y el fruto, la trascendencia y la alegría de
una danza conocida y vibrante:
“hasta ver salir a la novia con su vestido rojo
para su boda roja,
incandescente;
ofrecen entonces sus cuerpos y su canto
al cielo y la tierra
y brindan reverencias a sus padres,
a sus ancestros,
a ellos mismos, porque su carne es su sangre
y su vida una rama
que será árbol que dé frutos,
roble que vea pasar el viento sin doblarse.
La luna en este momento poético es
una representación que la autora utiliza para hablar de la infancia por medio
de sus fiestas transparentes que iluminan nuestros pasados jardines y que
después de tantos sucesos nos hace muy felices.