Después del Hambre en Periódico de Poesía de la UNAM



Después del hambre en Periódico de Poesía de la UNAM



No. 102 / Septiembre 2017
Después del hambre

Mientras miraba sombras de la muerte
me procuró sus últimos consejos,
–baila, baila mucho antes de casarte
nunca dejes tu casa
luego andas dando molestias a hijos,
nietos, bisnietos,
sé reguilete, preserva tu casa.
A mi hermana se la robo su novio,
se fue con él al campo de batalla,
salió con mis hermanos, ya no supimos nada,
Lupita tuvo suerte, tendrá más de 100 años,
anduvo en la bola, de soldadera,
mi madre la condenó, no volvió a casa.
–La estoy viendo, ahí está la muerte mija,
ten, toma mi virgencita y recuerda
baila, forja tu danza
haz con tu cuerpo el ritual, la belleza.
–Baile por última vez en mi boda,
en la revolución fuimos a la ciudad
toque de queda raciones de maíz,
ten siempre en tu alacena arroz, sal y frijoles,
mija, ya se acerca mi muerte, toma mi virgencita
nunca dejes tu casa.
Mija, me cortaron el pelo
me lo cortaron no puedo peinarme
ten mija, toma mi Guadalupe, mi monedero,
y baila mucho, baila antes de casarte.
–Acércate mi niña, para tocar tu frente,
te doy la bendición,
y recuerda nunca dejes tu casa,
la mía se la dejé a tu tío,
su mujer me corrió, lo corrió a él,
desde entonces me cobijo con hijos,
nietos y bisnietos,
nunca dejes tu casa,
toma niña mi virgencita, mi monedero,
nunca olvides tu danza, luego hay guerras y hambre.
–Mija, mi niña ya viene la muerte,
está en la puerta, esperando.

Adelita, le tengo rabia al silencio

I
Cada hilo de agua es una mujer
la vemos con su vientre habitado,
con sus ojos nostalgia mirándose al espejo,
sus canas de sabiduría, dolor,
la vemos en la tarde de la lluvia que le muestra de cara el desempleo
en la mañana de la muerte
                                  la guerra
                                           o las lágrimas de un niño.
Fluye su voz a la hora de ser madre
         en la caricia que derrama sobre su árbol
                 y cuando amasa las tortillas
                         fluye como luz hasta quedar exhausta.
Sus brazos descansan en la tierra, borbotean
         se consumen al sol
                 en el intento de nombrar
                 busca en la aureola de sus senos
                         en su vientre poblado de caricias
                         en la lengua del hombre
                 busca en las letras la palabra
la voz que no diluya su cantar entre la bruma.

II
La mujer agua danza por la tierra
de gota en gota desvanece sombras
destruye el cerco que la viste
los pliegues de su falda
tocan la extremidad del viento
luego
        los hilos cantan
siempre     de gota en gota.

III
Así de letra en letra
aparece danzando el huapango de la noche
gira en medio de la guerra
con el aroma en la punta de la voz
con el rezo que nace de la pólvora
con el vestido negro
aparece cantando la violencia
la mano en puño con las cuentas
de barro, aroma a rosas con sus cruces
lapislázuli en cuello,
                lazo de suicidio en la escalera
                de tortura, abuso, violación,
los estudios son tizón bajo el comal
tizna la olla de frijoles
marca del sabor a hogar que encendió la abuela.
En su murmullo cocina la clase de mañana
teje el arroz       lo  e  s  t  i  r  a  para el hambre
se cubre con el tizne de la olla
vende sus letras su sonrisa
su tiempo al tiempo de los otros
a veces vende su cuerpo o lo regala.

IV
El agua no está sola
         se cubre de sombras, se protege
porque la luna le grita por las noches
palabras de luz que deletrea:
es muro que viste al otro muro
ella fluye en los brazos de otras aguas
ella es él
         somos río
                 con aguas agitadas
                                          que buscan la concordia.
De sus ecos nace un manantial,
río en combate
se derrama en transparencia.

V
La turbulencia nace con preguntas primigenias
en la pendiente de los cerros
                          cuando los peces se mueren en la red
en la frontera ante el disparo de la migra
en el asalto a la mitad de la calle de su casa
en la jornada triple     en el ensamble
en la mentira del periódico
en la huella de un dedo democrático
en el sueño perdido entre fantasmas
en la espuma usurpada de caricias
                                 por las orillas de las sombras.
La turbulencia es huella
chubasco de poro en poro.

VI
El agua es piel    tiene memoria
         de poro en poro
                         resbalan por su vientre
                                                   los paisajes
parpadean el grito de un lamento
        se desdoblan
                       se funden
                              son recuerdo
crecen en el aroma de la tarde.
Su piel vértigo
        es una flecha
                atraviesa su garganta.

VII
Fluye
        danza de letra en voz
        a través de los siglos
canta
        el rosario alegre del comal
        el de las cuentas negras del combate
        busca a sus peces atrapados
grita
        el grafiti de Colombia,
        la Plaza de Mayo,
        el charco de sangre en la Huasteca,
        las calles de Oaxaca
        grita una mujer desde la tierra
        se escucha su eco
        en el desierto de Chihuahua.
El agua danza sola
                 ellos desaparecen.
Manchas de sangre en las ventanas
se tiñe de rojo el cielo
                         reflejo de sus muertes.

Después del hambreIsolda Dosamantes
Lágrimas de Circe,
Mar del Plata, Argentina, 2017.

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